martes, 30 de junio de 2009

Confesiones del recuerdo

No tiene que ver con la racionalidad ni con callar, la memoria va más allá. Es el eterno juego de la verdad. No hay tiempo, la historia no se repite... la historia sigue. Camina, corre, se cansa y se arrastra. Pero no para. Nunca para. Y la memoria es testigo. Testigo presente, testigo valiente.

No hay diferencia entre la cobardía y el olvido. Ninguno existe. Son una misma mentira. La memoria avanza y todo lo graba. Una imagen, un recuerdo. Una palabra, un camino, un rostro. Una verdad y una mentira. Nada le es ajeno, nada se olvida.

Y el recuerdo llega... cuando menos se lo espera.

No existe el olvido.